¿Que es una cubierta termoreflectante?
Las características principales de una cubierta termoreflectante son: ofrecer una alta reflectancia solar (capacidad para reflejar la radiación solar, reduciendo de este modo la transferencia de calor hacia el interior del edificio) y una alta emitancia térmica (la capacidad de liberar el calor absorbido.
A diferencia de una cubierta convencional, muy sensible al incremento de temperatura debido a la radiación solar durante el día, una cubierta termoreflectante permite controlarla y mantenerla a menor temperatura. Enfriar las cubiertas es una alternativa eficaz para mejorar el aislamiento térmico en los climas más cálidos y en consecuencia un ahorro energético en climatización.
¿Dónde es más eficaz una cubierta termoreflectante?
En principio, cualquier edificio que requiera climatización en verano puede salir beneficiado disponiendo de una cubierta termoreflectante. No obstante, los edificios de entre una y tres plantas, situados en zonas climáticas más cálidas serán los que obtengan mejores resultados.
En el sur de Estados Unidos, promovido por el Gobierno, se está aplicando desde hace años tanto en el ámbito industrial, comercial o residencial de forma muy generalizada.
¿Cuándo es el mejor momento para aplicar una cubierta termoreflectante?
En términos de ahorro de costes el mejor momento para aplicar una cubierta termoreflectante es cuando el edificio está en construcción. No obstante, también es recomendable aplicarla en rehabilitación de edificios, especialmente si éstos tienen un aislamiento de cubierta insuficiente.
Beneficios de una cubierta termoreflectante:
Ahorro energético por la reducción de los picos de demanda en refrigeración de edificios.
Aunque la implantación de una cubierta termoreflectante puede incrementar ligeramente el consumo de calefacción en invierno para alcanzar la temperatura de confort deseada, este mismo consumo disminuye muy notablemente en verano para conseguir el mismo fin.
El nivel de ahorro energético puede situarse entre el 10% y el 30%. Éste vendrá determinado principalmente por la localización geográfica, orientación y las características del propio edificio, especialmente por sus dimensiones y su nivel de aislamiento.
Ampliación de la vida útil de la cubierta.
La fatiga térmica se induce normalmente a temperaturas elevadas debido a tensiones térmicas fluctuantes. La causa de estas tensiones térmicas es la restricción a la dilatación y o contracción que normalmente ocurre en piezas estructurales sometidas a variaciones de temperatura. La aplicación de un revestimiento que disminuye la temperatura superficial de la cubierta, reduce muy significativamente esta fatiga y amplía la vida útil de los materiales que la componen reduciendo al mínimo los gastos de mantenimiento y sustitución.
Mejora del confort térmico en edificios que no disponen de aire acondicionado.
Muchos edificios no disponen de aparatos de climatización que permitan lograr una temperatura confortable en los meses calurosos. Independientemente del bienestar que se puede obtener de la aplicación de cubiertas termoreflectantes en viviendas, el control de temperatura también es una de las principales preocupaciones en instalaciones de carácter industrial o ganadera.
Mitigación del efecto invernadero por la reducción de las emisiones contaminantes.
La contribución a la disminución de la demanda energética es directamente proporcional a la reducción de gases contaminantes que pueden contribuir a nuestro bienestar. El uso generalizado de cubiertas termoreflectantes permitiría enfriar considerablemente entornos urbanos y mitigar de este modo el calentamiento global del planeta.
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